La casa que uno habita debe contar la historia de la gente que en ella vive. Me gusta pensar a mis clientes viviendo la casa, rodeados de las cosas que importan.

Las cosas que nos rodean son pequeños relatos que conforman la historia de uno. Y eso es sentirse en casa. Tan simple pero no por eso menos verdadero. Convertir el espacio en el que uno transcurre su vida en el nido que nos contiene.